Riyad al-Salihîn - Los jardines de los virtuosos
Precio regular
25,00€ Precio regular Agotado Precio unitario /Impuesto incluido. Envío calculado a la salida.
Quantité
DESCRIPTION
Título: Riyad al-Salihîn – Los jardines de los virtuosos
Editorial: Al Bayyinah
Páginas: 1007
Autor: An-Nawawi
Rígido
“Los jardines de los virtuosos” (riyad al-sálibin) es sin duda el mayor éxito literario de la edición islámica, si excluimos obviamente el Corán. Varios factores explican tal éxito. Destacaremos aquí la que nos parece más decisiva: la intención sincera que animó al Imam al-Nawawi y que él mismo describió en la introducción de su libro donde escribe: “Tengo la firme esperanza, si completo este libro, de que conducirá a quien le preste toda la atención que merece hacia el bien y lo desviará de todas las formas del mal y del vicio”.
Explica además su enfoque con este hadiz profético: "Quien anime a otros a realizar una buena acción obtendrá la misma recompensa que aquellos que respondan a su llamado". Por eso, no es de extrañar que el primer capítulo de este libro lleve por título: “La sinceridad de la intención” (ikhlâs), que entre los primeros versos mencionados aparezcan estas palabras del Altísimo: (Solo las obras que haces con el fin de agradarle llegan a Él) y que el primer hadiz citado es: “Las obras sólo son válidas por sus intenciones”.
Agradar al Señor y ser útil a los hombres, estas son las intenciones que guiaron al Imam al-Nawawì al escribir su colección. La segunda explicación de este éxito se encuentra en el contenido mismo de la obra: las tradiciones -casi dos mil animando al musulmán a adornarse con las mejores cualidades, a huir del pecado, a perfeccionar su carácter y a temer a su Señor, en una palabra a seguir el camino de Su Mensajero apartándose de los efímeros placeres terrenales. El mismo Imam al-Nawawî puso en práctica estos hadices, porque quien anima a otros a la virtud debe ser el primero en practicarla. Al-Dhahabì explica así que al-Nawawì fue un modelo de virtud, dado como ejemplo por su piedad y su renuncia a este bajo mundo. Él escribe: "Su subsistencia se limitaba a las necesidades básicas, habiendo renunciado a los placeres de este mundo, y estaba lleno del temor de su Señor".
Recordemos que el Imam al-Nawawî murió relativamente joven, a la edad de cuarenta y cinco años, y que no sabía del matrimonio. Alabando los méritos de los que renuncian a este mundo, menciona en la introducción a su obra estas palabras del Altísimo: (Esta vida es tan efímera como estas plantas de las que se alimentan los hombres y el ganado, que se enredan y se atiborran de agua en un campo regado por la lluvia que hacemos descender del cielo.
Medina, 7 Jumâdâ II 1442, correspondiente al 21 de enero de 2021